Zadkiel Cruz

Zadkiel fue creado a los principios del tiempo para servir a su señor, su nombre significa justicia de dios. Al comienzo sus tareas eran cosas sencillas, era encargado de los coros celestiales de los Dominios, príncipe del quinto cielo, donde siempre se a llevado acabo las ceremonias para alabar a dios.
Su juicio siempre había sido el correcto, a pesar del dolor que pudiera causarle sus decisiones. Todo cambio aquel día en que sus hermanos se revelaron contra su dios, cómo puedes juzgar algo que amas? Eso no era algo al que pudiera tener derecho, ni la cordura necesaria, al menos era algo que el mismo consideraba no ser apto, aún que su señor no estaba de acuerdo con ese pensamiento, por lo que le entrego el mazo y lo hizo elegir.
Sus ojos miraron a Miguel, sabia que tenia que hacer aún que desconocía si tendría la fortaleza para hacerlo, en ese momento tomo el estandarte, levantando la cabeza en alto y sin dar paso atrás comenzar con aquella batalla que el bien no podía perder.

Después de que termino la guerra sin cuartel, mandando al destierro a los traidores. Sus ojos se nublaron evitando volver a bajar a la tierra. No podría ser capaz de ver el rostro de quienes alguna vez considero sus hermanos y a hora los había condenado.

Vivió durante un largo tiempo en el cielo, los Dominios los ángeles que se encontraban a su cargo, eran quienes llevaban su buena voluntad a la tierra, protegiendo a los humanos del pecado, aquel del que no pudo proteger a sus hermanos. Por mas años que pasaran aquella idea de el si hubiera podido hacer algo, no se desvanecía de su mente, torturándolo cada noche.

Fue hasta que le encomendado una misión que salió del cielo, muy a su pesar y dolor tuvo que bajar a la tierra. Aquella misión era teóricamente sencilla sólo tenia que guiar a los humanos a la salida, sin que les pasara nada. Y así fue los llevo hasta los dominios de dios. Continuando con trabajos así durante un largo tiempo. A los años llego una misión completamente diferente a las anteriores, librar a una ciudad del poder de los Lores. Todo iba bien, podría decirse que iban ganando.

En aquel momento conoció a un ángel de nombre Arabel, se habían vuelto muy buenos amigos, él había logrado lo que muchos intentaron y no consiguieron, regresar la sonrisa en los labios del Arcángel. Aún que tenia una esencia extraña y en ocasiones sorprendía al ángel obrando mal, poniendo excusas extrañas como se debe pagar por errores cometidos, asiendo que sospechara cosas de él, pero no quiso ver mas allá, pues si lo hacia descubriría algo que no deseaba ver. Sus compañeros también veían algo raro, callando por respeto al Arcángel. Todo aquello no duro más que un suspiro, el telón se callo frente a los pies de Zadlkiel. con la revuelta aún en pie de los demonios y la perdida de tropas, se vieron acorralados, los refuerzos no llegaron y el campo se iba debilitando.
Zadkiel al ver que todo iba para abajo, busco una solución la cual no fue la mejor, enfrentándose directamente con lo Lores descubriendo que su amigo Arabel, no era mas que un demonio que se hizo pasar por ángel engañándolo a él junto con el resto de los seres celestiales.

La batalla tuvo lugar esa misma noche. Por mas que muchos piensan que Zadkiel no le perdono eso, lo había hecho en el mismo instante que se entero. El tiempo se volvió eterno mientras que el cielo se nublo, no tenia otra salida, tenia que enfrentarlos si no quería que los Demonios terminaran por destruir la ciudad y comerse las almas de los mortales, sí bien gano la contienda, él no lo ve de ese modo ya que perdió la mayor parte de su energía y no fue capaz de mantener el escudo que protegía la ciudad, cayendo miles de humanos en el abismo, aún que muchos otros se salvaron, con ayuda de un ángel caído. En ese momento comprendió al mas que debía hacer.

Por mas años que se la paso rogando por una oportunidad para salvarlos, no se la concedían, hasta que un día llego hincándose frente a las puertas donde se supone que puede hablar con su creador, y con enormes alas extendidas a los lados, suplico por el perdón de sus hermanos condenándose así mismo si fallaba.