A unos pocos kilómetros de San Francisco se sitúa la Falla de San Andrés... Caprichos de la Naturaleza para los humanos, la vía de escape para la oscuridad y el mayor problema terrenal para los que habitan la bóveda celeste...
Décadas atrás los grandes señores de la innombrable pesadilla pudieron salir, décadas atrás todos ellos se unieron con el fin de utilizar sus dones para abrir el portal... El resultado fue la ola de catástrofe que la Humanidad conoce como "Él ultimo de nuestros días"...
Conectarse
Últimos temas
Para comunicarte con cualquiera de nosotros, solo clickea la imagen
Para visitar nuestra lista de afiliados standard Clickea aqui!
My Sweet Evangeline
2 participantes
Página 1 de 1.
My Sweet Evangeline
✞ NOMBRE DEL PERSONAJE Evangeline Sorel
✝ Datos personales:
✞ Raza: Guardian (humana)
✞ Edad: 20 años
✞ Don: Stigmata.
✞ Actividad: De careta a la sociedad es Novicia.
✞ Nacionalidad: Norteamericana.
✞ Orientación sexual: Heterosexual.
✝ Descripciones:
✞ Descripción física: Es una chica bajita de estatura, llegará apenas al 1.58, su complexión es entre delgada y atlética por el entrenamiento recibido. Sus piernas son delgadas pero contorneadas y su silueta curveada ligeramente, pero bien proporcionada. Tiene el cabello castaño, largo y lacio que peina regularmente en una coleta o lo lleva atado bajo el velo de los hábitos de noviciado. Posee una cualidad curiosa, ya que los iris de sus ojos son de color violeta, parecidos a los de la actriz Elizabeth Taylor. Sus labios son gruesos y carnosos color coral. Su nariz es fina y recta, no muy angulosa y ligeramente respingada. Tiene el rostro ovalado y los pómulos prominentes. Sus cejas son delgadas y arqueadas dándole marco a su cara y posee unas espesas pestañas que recaen sobre sus ojos violáceos. De día lleva el hábito de novicia para disimular, pero realmente gusta de vestir jeans y pantalones de piel con playeras frescas o blusas ajustadas, su prenda favorita es una chaqueta de piel con cremalleras y estoperoles de adorno.
✞ Descripción psicológica: Es una chica religiosa, muy devota, con una sonrisa dulce, un corazón compasivo y bueno. Usualmente se le escucha dirigirse con palabras afectuosas y lindas a los niños y adultos mayores. Una joven obediente y siempre respetando las pautas de la religión católica a rajatabla. Algo tímida con el trato a las personas que no conoce y que le imponen, en especial si son figuras masculinas demasiado fuertes. Le gusta ayudar a las personas y generalmente no le gusta ver triste a los demás, es capaz de sacrificar su bienestar por el de alguien mas. Entregada por completo a su labor ya que sabe que es una misión encomendada por fuerzas que ella no logra comprender del todo. Sin embargo pareciera tener como una moneda, dos caras, dos facetas, ya que cuando debe tomar sus deberes de guardiana es una chica de carácter fuerte decidida y temeraria, dispuesta a usar la violencia de ser necesario. No le teme a la muerte pues sabe que no es el fin de todo, sin embargo cuida su vida como el mas grande y preciado don que Dios le ha dado. Respeta mucho a la gente mayor, ya que los considera sabios por su experiencia de vida. Sabe que le falta aún mucho para aprender y ser igual de buena y eficiente que sus predecesores y se esforzará siempre por dar lo mejor de si. Siempre busca superarse y cuando no esta ayudando, está estudiando o entrenando, no es la clase de chica que pierde el tiempo, es muy disciplinada, en algunos casos exageradamente disciplinada. Extraña mucho a su familia, pero sabe que debe estar lejos de ellos por su bien. Toma enserio el compromiso de ser una guardiana.
✞ Descripción física: Es una chica bajita de estatura, llegará apenas al 1.58, su complexión es entre delgada y atlética por el entrenamiento recibido. Sus piernas son delgadas pero contorneadas y su silueta curveada ligeramente, pero bien proporcionada. Tiene el cabello castaño, largo y lacio que peina regularmente en una coleta o lo lleva atado bajo el velo de los hábitos de noviciado. Posee una cualidad curiosa, ya que los iris de sus ojos son de color violeta, parecidos a los de la actriz Elizabeth Taylor. Sus labios son gruesos y carnosos color coral. Su nariz es fina y recta, no muy angulosa y ligeramente respingada. Tiene el rostro ovalado y los pómulos prominentes. Sus cejas son delgadas y arqueadas dándole marco a su cara y posee unas espesas pestañas que recaen sobre sus ojos violáceos. De día lleva el hábito de novicia para disimular, pero realmente gusta de vestir jeans y pantalones de piel con playeras frescas o blusas ajustadas, su prenda favorita es una chaqueta de piel con cremalleras y estoperoles de adorno.
✞ Descripción psicológica: Es una chica religiosa, muy devota, con una sonrisa dulce, un corazón compasivo y bueno. Usualmente se le escucha dirigirse con palabras afectuosas y lindas a los niños y adultos mayores. Una joven obediente y siempre respetando las pautas de la religión católica a rajatabla. Algo tímida con el trato a las personas que no conoce y que le imponen, en especial si son figuras masculinas demasiado fuertes. Le gusta ayudar a las personas y generalmente no le gusta ver triste a los demás, es capaz de sacrificar su bienestar por el de alguien mas. Entregada por completo a su labor ya que sabe que es una misión encomendada por fuerzas que ella no logra comprender del todo. Sin embargo pareciera tener como una moneda, dos caras, dos facetas, ya que cuando debe tomar sus deberes de guardiana es una chica de carácter fuerte decidida y temeraria, dispuesta a usar la violencia de ser necesario. No le teme a la muerte pues sabe que no es el fin de todo, sin embargo cuida su vida como el mas grande y preciado don que Dios le ha dado. Respeta mucho a la gente mayor, ya que los considera sabios por su experiencia de vida. Sabe que le falta aún mucho para aprender y ser igual de buena y eficiente que sus predecesores y se esforzará siempre por dar lo mejor de si. Siempre busca superarse y cuando no esta ayudando, está estudiando o entrenando, no es la clase de chica que pierde el tiempo, es muy disciplinada, en algunos casos exageradamente disciplinada. Extraña mucho a su familia, pero sabe que debe estar lejos de ellos por su bien. Toma enserio el compromiso de ser una guardiana.
✞ Familiares: Su madre (Clare) , su padre (Johan) y su hermano (Dave), a quienes no ve hace mas de 10 años.
✞ Historia:
Mi historia pudiese haber sido una común y corriente, si, justo como el resto de la mayoría de la gente en este planeta. Pero no fue así. “Bendita ignorancia.” Sin embargo fui de las escogidas para conocer aquello que se mantiene oculto a los ojos de los demás.
Dejé de ser ordinaria a los 5 años, hasta entonces era una mocosa feliz y mimada por sus padres, una niña que hacía destrozos en casa y rayaba las paredes. Era muy feliz molestando a mi vecino tirándole hierba y lodo en su preciada caja de arena.
Recuerdo estar en el colegio, era la misa del primer Lunes de cada mes (si, mis padres deseaban para mi una educación católica), así que como ritual, nos colocamos nuestros vestidos blancos y acudimos a la misa. En ese entonces poco comprendía de la religión, sabía quien era Dios, le rezaba a mi ángel de la guarda cada noche y trataba de no portarme tan mal para no ir al infierno y quemarme en el horno enorme que decían que había allá abajo.
Ese día mi madre me había peinado con todo el cabello restirado en una coleta, nada de flequillo y la verdad me dolía la cabeza por la tensión de mi pobre cuero cabelludo estirado a mas no poder, sentía que mis ojos se alargaban como si fuera asiática o algo parecido. Me senté junto a mis amigas, poniendo cara seria y de solemnidad imitando a las monjas que nos cuidaban y que eran también nuestras maestras.
La misa comenzó igual que siempre, nos levantábamos, rezábamos, nos arrodillábamos, rezábamos de nuevo, contestábamos en letanía tal como era cada misa. Recuerdo que el padre estaba leyendo un evangelio, no recuerdo bien cual era, en ese momento yo estaba muy distraída viendo las luces filtrándose a través de un vitral de un ángel que pisoteaba una serpiente y levantaba al aire su espada flamígera. Nunca me había llamado la atención mirar los vitrales, hasta ese día, pero aquel como que me llamaba, escuchaba una música que no alcanzaba a comprender del todo, parecía estar en otro idioma. Entonces sentí algo húmedo recorriendo mi rostro, llevé instintivamente mi mano a donde sentía esa sensación y cuando miré era un líquido rojo, pensé que era agua al principio, de alguna gotera de la iglesia, ya que estaba lloviendo mucho últimamente, pero no, aquel líquido era rojo. Me asusté, era igual del que me salía en las rodillas cuando me lastimaba. Me levanté de mi asiento y al agacharme miré el vestido que antes era de un pulcro blanco manchado de carmesí. Trastabillé muy asustada, necesitaba avisarle a mi maestra, pero no podía hablar, miré el vitral, el ángel me miraba con unos ojos llenos de bondad, como diciéndome que me cuidaba, que me tranquilizara, pero la serpiente sonreía cínicamente, se burlaba de mi. La música se convirtió en un horrible zumbido a mis oídos y grité. Entonces todos notaron que estaba llena de sangre, mis muñecas estaban abiertas, por ambos lados y de mi frente resbalaban gotas de sangre de un rojo encendido. Lloré, completamente aterrorizada, escuchando la burla de la serpiente.
Pasé los siguientes meses en el hospital, entre exámenes de sangre y muchas cosas mas, de vez en cuando me visitaba gente de la iglesia, gente de la prensa, otras veces entraba gente que parecía brillar, diferente de los demás. Buscaban el por que de mis heridas, que no se cerraban a pesar de las curaciones y los métodos de sutura que habían aplicado en ellas, seguían sangrando. Me encontraba con vendas en las muñecas y la cabeza y todo aquello me perturbaba mucho.
Me tranquilicé al ver que todo el tiempo había una mujer muy bonita en la puerta de mi cuarto, parecía ser enfermera, pero era tan bonita y tan brillante, que yo mas bien pensaba que era mi ángel de la guarda, a ese que le había rezado todas las noches. Ella a veces evitaba que gente que me daba miedo pasara o se acercara a mi cuarto, y me sonreía en las noches cuando mamá y papá se iban a casa a descansar.
“Estigmas” Fue lo que escuché de un hombre vestido con sotana negra, era un sacerdote extranjero, de Roma. Acababa de cumplir 6 años cuando apareció junto con un grupo de 6 religiosos mas, casi todos ancianos, pero dos resaltaban del resto, eran jóvenes y atléticos y no llevaban sotana. Hablaron con mis padres, al parecer querían llevarme a un colegio especial y probar que aquello que obraba en mi aquellas heridas, era un “milagro”. Por supuesto solo para ellos, para mi mas bien era horrible, dolía y sangraba, me preguntaba constantemente como aquello podía ser un “don” de Dios?
Finalmente terminaron llevándome lejos de mis padres y me recluyeron en una especie de monasterio, junto con otros chicos y chicas, un poco mas grandes que yo, era la mas pequeña en un grupo de 6 niños y niñas. Estudiábamos arte y lenguas, se nos daba una educación muy básica respecto a las otras materias, realmente los estudios se enfocaban en lenguas muertas y teología. Me gustaba mucho aquello y afortunadamente se me facilitaba mucho.
Mis estigmas regresaban de vez en cuando, lastimaban mucho, pero ya eran parte de mi, por lo regular eran señales de que algo importante iba a ocurrir, como un accidente o la muerte de alguna de las hermanas ancianas que nos cuidaban o el asesinato de algún sacerdote importante, cosas así, que en ese entonces yo no tenía muy en cuenta. Los demás niños se asustaban al principio por mis heridas, finalmente tras una explicación de que eran las marcas de Jesús, todos comenzaron a tratarme mejor, sin miedo y con amabilidad. Para los 7 años comenzó la instrucción y el entrenamiento en la parte física, no entendía bien aún, pero al parecer todo era un especie de entrenamiento para una guerra, una que ya se batallaba desde hacía mucho, mucho tiempo.
Pasó el tiempo y los chicos que entrenaban conmigo formaron parte de mi familia, eran mis hermanos, y los mayores eran nuestros padres, nos enseñaban con dedicación y eran duros y estrictos cuando debían serlo. No voy a negar que fue bastante duro aprender, pero finalmente lo hicimos.
Al cumplir los 14 años comenzaron a medio informarnos de lo que realmente éramos y el por que habíamos sido elegidos. Era algo difícil de creer pero cierto, nos pidieron depositar nuestra fé en ellos y hacer un paco con Dios, juramos proteger las reliquias y servir a ese bien mayor, para que el mal jamás prevaleciera.
Pasaron los años y nos mandaron a un entrenamiento-misión. Algo (nunca se nos informó bien el que) debía ser transportado de Watsonville, hacia el monasterio de Saint Germain en Brentwood. Mandaron a 4 de nosotros, entre ellos, mi mejor amigo y el chico que me gustaba. El viaje fue fácil, hasta la llegada a Brentwood, donde fuimos emboscados por unos seres sumamente rápidos. No les contaré esa batalla, fue muy dura para mi, y lo es aún mas el recordarla, pero ahí perdí, la mitad de mi alma. Elí, el chico que amaba, murió por salvarme, la carga fue entregada, pero con varias bajas, entre ellas… mi corazón.
Regresé a casa muy mal, mi fe flaqueaba y los estigmas habían vuelto, mas dolorosos y supurantes que nunca. Contaba con solo 16 años y sentía que ya lo había perdido todo. No quería comer, no quería salir, no quería estudiar, me la pasaba recluida en mi habitación. Mis amigos trataban de animarme y mis profesores de darme palabras de aliento, pero yo… yo solo quería morir. Sabía bien cual era la condena para los suicidas, pero no me importó, ya vivía en el infierno de cualquier modo, entonces lo intenté. Tomé un frasco de Valium, que le había robado a la hermana Teresa, entonces tomé cuantas me cupieron en la palma de mi mano y me las tragué. Me senté en mi cama a la espera del dulce descanso, mi corazón dolía y comenzaba a detenerse, no podía respirar. Entonces perdí la conciencia.
No supe cuanto tiempo, pero desperté en el hospital, un lavado de estómago a tiempo me había salvado la vida. Hans, mi tutor principal me visitó, de el no recibí regaños, solo una mirada adusta y un apretón de manos y unas palabras que jamás olvidaré en toda la vida. “El murió para salvarte y tu que le has dado? Lagrimas? Un estúpido sacrificio?... Evangeline… Haz que haya valido la pena.”
Significaba tanto en tantos aspectos… Así que me recuperé. Iba a seguir mi destino y me decidí, no podía amar a nadie mas que a Elí, por que el dio todo por mi, así que tenía que hacer que el supiera que estaba agradecida, no podía traicionar su memoria. Entonces pedí el noviciado.
Fui transferida a San Francisco, ahí continuaría con mi entrenamiento y a demás entregaría mi vida al servicio de Dios. Hans no estaba de acuerdo a que tomara los hábitos tan pronto, decía que no podía tomar la decisión solo por que Elí se había ido, que si aparecía en mi vida mas adelante el amor, no podía simplemente negarme a ello, por que uno nunca conocía los designios de Dios. Aún así yo quería internarlo y el me dijo que no iba a negarme el ser novicia, pero que primero lo pensara muy bien y que si para mi cumpleaños número 21 estaba segura, entonces me permitiría tomar los hábitos. Hasta ahora, no ha habido nada ni nadie que me haga cambiar de opinión, pero como dijo Hans, uno nunca sabe.
Llegue entonces a San Francisco, me acomodaron en la Old Saint Mary's Cathedral y desde entonces he estado ahí, viviendo una doble vida, la novicia del corazón roto y la guardiana de las reliquias. Un humano mas en medio de la guerra celestial e infernal.
Dejé de ser ordinaria a los 5 años, hasta entonces era una mocosa feliz y mimada por sus padres, una niña que hacía destrozos en casa y rayaba las paredes. Era muy feliz molestando a mi vecino tirándole hierba y lodo en su preciada caja de arena.
Recuerdo estar en el colegio, era la misa del primer Lunes de cada mes (si, mis padres deseaban para mi una educación católica), así que como ritual, nos colocamos nuestros vestidos blancos y acudimos a la misa. En ese entonces poco comprendía de la religión, sabía quien era Dios, le rezaba a mi ángel de la guarda cada noche y trataba de no portarme tan mal para no ir al infierno y quemarme en el horno enorme que decían que había allá abajo.
Ese día mi madre me había peinado con todo el cabello restirado en una coleta, nada de flequillo y la verdad me dolía la cabeza por la tensión de mi pobre cuero cabelludo estirado a mas no poder, sentía que mis ojos se alargaban como si fuera asiática o algo parecido. Me senté junto a mis amigas, poniendo cara seria y de solemnidad imitando a las monjas que nos cuidaban y que eran también nuestras maestras.
La misa comenzó igual que siempre, nos levantábamos, rezábamos, nos arrodillábamos, rezábamos de nuevo, contestábamos en letanía tal como era cada misa. Recuerdo que el padre estaba leyendo un evangelio, no recuerdo bien cual era, en ese momento yo estaba muy distraída viendo las luces filtrándose a través de un vitral de un ángel que pisoteaba una serpiente y levantaba al aire su espada flamígera. Nunca me había llamado la atención mirar los vitrales, hasta ese día, pero aquel como que me llamaba, escuchaba una música que no alcanzaba a comprender del todo, parecía estar en otro idioma. Entonces sentí algo húmedo recorriendo mi rostro, llevé instintivamente mi mano a donde sentía esa sensación y cuando miré era un líquido rojo, pensé que era agua al principio, de alguna gotera de la iglesia, ya que estaba lloviendo mucho últimamente, pero no, aquel líquido era rojo. Me asusté, era igual del que me salía en las rodillas cuando me lastimaba. Me levanté de mi asiento y al agacharme miré el vestido que antes era de un pulcro blanco manchado de carmesí. Trastabillé muy asustada, necesitaba avisarle a mi maestra, pero no podía hablar, miré el vitral, el ángel me miraba con unos ojos llenos de bondad, como diciéndome que me cuidaba, que me tranquilizara, pero la serpiente sonreía cínicamente, se burlaba de mi. La música se convirtió en un horrible zumbido a mis oídos y grité. Entonces todos notaron que estaba llena de sangre, mis muñecas estaban abiertas, por ambos lados y de mi frente resbalaban gotas de sangre de un rojo encendido. Lloré, completamente aterrorizada, escuchando la burla de la serpiente.
Pasé los siguientes meses en el hospital, entre exámenes de sangre y muchas cosas mas, de vez en cuando me visitaba gente de la iglesia, gente de la prensa, otras veces entraba gente que parecía brillar, diferente de los demás. Buscaban el por que de mis heridas, que no se cerraban a pesar de las curaciones y los métodos de sutura que habían aplicado en ellas, seguían sangrando. Me encontraba con vendas en las muñecas y la cabeza y todo aquello me perturbaba mucho.
Me tranquilicé al ver que todo el tiempo había una mujer muy bonita en la puerta de mi cuarto, parecía ser enfermera, pero era tan bonita y tan brillante, que yo mas bien pensaba que era mi ángel de la guarda, a ese que le había rezado todas las noches. Ella a veces evitaba que gente que me daba miedo pasara o se acercara a mi cuarto, y me sonreía en las noches cuando mamá y papá se iban a casa a descansar.
“Estigmas” Fue lo que escuché de un hombre vestido con sotana negra, era un sacerdote extranjero, de Roma. Acababa de cumplir 6 años cuando apareció junto con un grupo de 6 religiosos mas, casi todos ancianos, pero dos resaltaban del resto, eran jóvenes y atléticos y no llevaban sotana. Hablaron con mis padres, al parecer querían llevarme a un colegio especial y probar que aquello que obraba en mi aquellas heridas, era un “milagro”. Por supuesto solo para ellos, para mi mas bien era horrible, dolía y sangraba, me preguntaba constantemente como aquello podía ser un “don” de Dios?
Finalmente terminaron llevándome lejos de mis padres y me recluyeron en una especie de monasterio, junto con otros chicos y chicas, un poco mas grandes que yo, era la mas pequeña en un grupo de 6 niños y niñas. Estudiábamos arte y lenguas, se nos daba una educación muy básica respecto a las otras materias, realmente los estudios se enfocaban en lenguas muertas y teología. Me gustaba mucho aquello y afortunadamente se me facilitaba mucho.
Mis estigmas regresaban de vez en cuando, lastimaban mucho, pero ya eran parte de mi, por lo regular eran señales de que algo importante iba a ocurrir, como un accidente o la muerte de alguna de las hermanas ancianas que nos cuidaban o el asesinato de algún sacerdote importante, cosas así, que en ese entonces yo no tenía muy en cuenta. Los demás niños se asustaban al principio por mis heridas, finalmente tras una explicación de que eran las marcas de Jesús, todos comenzaron a tratarme mejor, sin miedo y con amabilidad. Para los 7 años comenzó la instrucción y el entrenamiento en la parte física, no entendía bien aún, pero al parecer todo era un especie de entrenamiento para una guerra, una que ya se batallaba desde hacía mucho, mucho tiempo.
Pasó el tiempo y los chicos que entrenaban conmigo formaron parte de mi familia, eran mis hermanos, y los mayores eran nuestros padres, nos enseñaban con dedicación y eran duros y estrictos cuando debían serlo. No voy a negar que fue bastante duro aprender, pero finalmente lo hicimos.
Al cumplir los 14 años comenzaron a medio informarnos de lo que realmente éramos y el por que habíamos sido elegidos. Era algo difícil de creer pero cierto, nos pidieron depositar nuestra fé en ellos y hacer un paco con Dios, juramos proteger las reliquias y servir a ese bien mayor, para que el mal jamás prevaleciera.
Pasaron los años y nos mandaron a un entrenamiento-misión. Algo (nunca se nos informó bien el que) debía ser transportado de Watsonville, hacia el monasterio de Saint Germain en Brentwood. Mandaron a 4 de nosotros, entre ellos, mi mejor amigo y el chico que me gustaba. El viaje fue fácil, hasta la llegada a Brentwood, donde fuimos emboscados por unos seres sumamente rápidos. No les contaré esa batalla, fue muy dura para mi, y lo es aún mas el recordarla, pero ahí perdí, la mitad de mi alma. Elí, el chico que amaba, murió por salvarme, la carga fue entregada, pero con varias bajas, entre ellas… mi corazón.
Regresé a casa muy mal, mi fe flaqueaba y los estigmas habían vuelto, mas dolorosos y supurantes que nunca. Contaba con solo 16 años y sentía que ya lo había perdido todo. No quería comer, no quería salir, no quería estudiar, me la pasaba recluida en mi habitación. Mis amigos trataban de animarme y mis profesores de darme palabras de aliento, pero yo… yo solo quería morir. Sabía bien cual era la condena para los suicidas, pero no me importó, ya vivía en el infierno de cualquier modo, entonces lo intenté. Tomé un frasco de Valium, que le había robado a la hermana Teresa, entonces tomé cuantas me cupieron en la palma de mi mano y me las tragué. Me senté en mi cama a la espera del dulce descanso, mi corazón dolía y comenzaba a detenerse, no podía respirar. Entonces perdí la conciencia.
No supe cuanto tiempo, pero desperté en el hospital, un lavado de estómago a tiempo me había salvado la vida. Hans, mi tutor principal me visitó, de el no recibí regaños, solo una mirada adusta y un apretón de manos y unas palabras que jamás olvidaré en toda la vida. “El murió para salvarte y tu que le has dado? Lagrimas? Un estúpido sacrificio?... Evangeline… Haz que haya valido la pena.”
Significaba tanto en tantos aspectos… Así que me recuperé. Iba a seguir mi destino y me decidí, no podía amar a nadie mas que a Elí, por que el dio todo por mi, así que tenía que hacer que el supiera que estaba agradecida, no podía traicionar su memoria. Entonces pedí el noviciado.
Fui transferida a San Francisco, ahí continuaría con mi entrenamiento y a demás entregaría mi vida al servicio de Dios. Hans no estaba de acuerdo a que tomara los hábitos tan pronto, decía que no podía tomar la decisión solo por que Elí se había ido, que si aparecía en mi vida mas adelante el amor, no podía simplemente negarme a ello, por que uno nunca conocía los designios de Dios. Aún así yo quería internarlo y el me dijo que no iba a negarme el ser novicia, pero que primero lo pensara muy bien y que si para mi cumpleaños número 21 estaba segura, entonces me permitiría tomar los hábitos. Hasta ahora, no ha habido nada ni nadie que me haga cambiar de opinión, pero como dijo Hans, uno nunca sabe.
Llegue entonces a San Francisco, me acomodaron en la Old Saint Mary's Cathedral y desde entonces he estado ahí, viviendo una doble vida, la novicia del corazón roto y la guardiana de las reliquias. Un humano mas en medio de la guerra celestial e infernal.
✝ Otros Datos:
✞ Nivel de adquisición: Medio.
✞ Vehículo: Motocicleta Honda CB Twister 110
✞ Enfermedades: Alérgica al maní.
✞ Antecedentes: Intento de suicidio a los 16 años.
✞ Manías y Fobias Manías: tararear canciones de cuna cuando está asustada o siente dolor, también suele poner todo en orden simétrico o alfabético cuando le entran nervios o ansiedad. Fobias: a su lado oscuro, sabe que hay una parte de ella que es mala, como en toda naturaleza humana y siente cierto recelo de tener que enfrentarla ya que sabe que ha estado reprimiendo demasiadas cosas.
✞ Gustos: Cocinar y cantar. Leer y escribir poesía. Regar el jardín y el aroma a tierra mojada. Adora el cantar de los pájaros. Disfruta mucho de las golosinas, aunque las come poco, le gusta el aroma del pan recién horneado y las manzanas son su fruta favorita.
✞ Religión: Católica Apostólica Romana.
✞ Habilidades: Sufre de la “stigmata” (estigma) en las muñecas y en la frente.
✞ Mascotas: Ninguna
✞ Estudios y Idiomas: Inglés, Español y Frances (nivel avanzado); Alemán y Gaélico (nivel medio). Así como lenguas muertas tales como: Arameo, Hebreo y Latín (nivel avanzado), Acadio (nivel básico) y Sánscrito (nivel medio).
✞ Gustos: Cocinar y cantar. Leer y escribir poesía. Regar el jardín y el aroma a tierra mojada. Adora el cantar de los pájaros. Disfruta mucho de las golosinas, aunque las come poco, le gusta el aroma del pan recién horneado y las manzanas son su fruta favorita.
✞ Religión: Católica Apostólica Romana.
✞ Habilidades: Sufre de la “stigmata” (estigma) en las muñecas y en la frente.
✞ Mascotas: Ninguna
✞ Estudios y Idiomas: Inglés, Español y Frances (nivel avanzado); Alemán y Gaélico (nivel medio). Así como lenguas muertas tales como: Arameo, Hebreo y Latín (nivel avanzado), Acadio (nivel básico) y Sánscrito (nivel medio).
Evangeline Sorel- Mensajes : 3
Re: My Sweet Evangeline
Aprobada Bienvenida a San Francisco ... En breve te asignaremos rango y color para que puedas comenzar a rolear ...
Cierro.
Cierro.
Gabriel Danko- Caído
- Mensajes : 619
Edad : 43
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Ene 11, 2013 2:57 pm por Alexia Muneiquer
» Registro Avatar.
Vie Ene 11, 2013 2:34 pm por Alexia Muneiquer
» BÚSQUEDA IMPORTANTE
Lun Ene 07, 2013 5:48 pm por Melinda Mack
» Twilight Love [Af. Normal]
Sáb Mar 10, 2012 8:23 pm por Invitado
» Bad Day [Elior]
Mar Mar 06, 2012 12:15 am por Elior Ambroix
» FORO DE ROL GOSSIP GIRL +18 [NORMAL]
Jue Mar 01, 2012 2:35 pm por Invitado
» TAO- normal.
Miér Feb 29, 2012 11:51 am por Invitado
» Join the sexy army!
Miér Feb 29, 2012 11:00 am por Desari Obliviscaris
» Beware with the Darkness *TODOS los pre determinados libres!! *élite*
Lun Feb 27, 2012 12:48 am por Adam B. Blake