Solo un momento de paz… [Matthew]

Los lugares pacíficos y sin mucha gente parecían ser sus preferidos, ya que allí era a donde siempre iba. Sin embargo, esta vez no fue un lugar tan cerca al que llegó vagando por un largo rato sin ver a nadie más. Solamente estaba él y algunos animales que pasaban o corriendo o volando, pero eso era lo único que se podía llegar a ver. Eso es lo que le llevó a Matt a seguir caminando sin preocuparse, ya que sabía que al final tenía que llegar a algún lugar, mientras que no terminase saliendo a la ruta, porque eso significaría que tenía que dar la media vuelta y volver sobre sus propios pasos para irse a algún otro lugar.

Las olas chocaban contra las rocas, rompiéndose allí y volviendo a contraerse para llevarse todo lo que pudiese para adentro con la presión que tenía. Algunas rocas se terminaban desprendiendo después de mucho tiempo siendo de esa forma, ahora siendo arrastrada hacia el interior del mar donde seguramente comenzaría a romperse en partes mucho más chicas para luego terminar tiradas sobre la arena, formando parte de esta o resaltando un poco más, manteniendo su forma de piedras.

Quedaban las huellas sobre la arena de los pasos que iba dando al ángel hasta que decidió que ya no quería caminar más. Ya había caminado lo suficientemente lejos como para ir aún más lejos de lo que ya estaba, aunque no tuviese planeado ir a ningún lugar, aquel ya estaba bien. Se quedó de pie por unos minutos observando todo a su alrededor, especialmente al horizonte donde el océano se unía con el cielo tan solo con una línea, donde todo se perdía y, luego, comenzaba a desaparecer. Sin embargo, hacia uno de los costados el horizonte de esa forma se veía interrumpido.

Se terminó dejando caer en la arena a pleno rayo de sol, mirando hacia el agua y pensando que hubiese sido mejor que consigo llevase la cámara, sin embargo, ya era muy tarde cómo para pensar aquello, tendría que haberlo hecho antes, quizá así no se hubiese arrepentido en ese momento. De un momento a otro, la calma del lugar se vio interrumpida por otra persona más a la que Matthew miró de reojo por un rato, totalmente distraído, simplemente esperando a que transcurriesen las horas y se hiciese de noche.

Dejó de mirarlo y cerró los ojos, tirándose hacia atrás para terminar acostado sobre la arena sin pensar absolutamente en nada. Quizá tenía planeado quedarse dormido allí, quizá no, pero lo que sabía en ese momento era que estaba cómodo y así podía sentir mejor cómo pasaba la hora simplemente sintiendo que el sol seguía alumbrándolo o no.